Y en el principio... todo era hilos de oscuridad, desorden, una sopa de sustancia espacial sin tendencia alguna, ni expansiva ni contractiva, cuerdas de sustancia oscura, esperando el eterno momento para enredarse en sí mismas y formar las primeras partículas elementales sin cargas definidas, todo era una masa oscura sin forma definida, ni propósito alguno, moviéndose sin dirección fija.
Repentinamente, súbitamente, en alguna parte del todo, tal vez una, o tal vez dos de las infinitamente...
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